Mi mundo

una persona más

Me pasa

Me pasa que no aprovecho el momento, me pasa que de pronto llega una idea a mi cabeza y la dejo ahí horas y horas hasta que parezca que nunca le di la suficiente importancia. Me pasa.

La gente lo llama bipolaridad. Realmente creo que no han leído nunca la definición y que, como tantas otras cosas, utilizan esa palabra a la ligera. Quiero decir, si estoy cariñosa y de repente dejo de estarlo es que algo ha pasado, ¿el qué? A veces no lo se ni yo.

Siempre tengo una razón, nada es porque sí, pero no sabría decir que pasa en mi cabeza en ese determinado momento para que el pájaro que ronda por ahí esté como Pedro por su casa fuera de su jaula.  Al final pasa el tiempo y descubro que no me equivocaba, que tenía motivos de sobra para estar así, pero que no he sabido gestionarlo una vez más.

De repente se me han quitado las ganas de escribir. Mañana ya se verá.


No quiero ser distinta

Suelo escribir cuando me siento pequeña, cuando intento entender que ocurre a mi alrededor o dentro de mí, pero la verdad es que hoy no es el caso. Necesitaba escribir esto aquí y ahora.

A veces quiero desaparecer, no pensar, actuar y ver que pasa porque me vuelvo tan vulnerable que todo me da miedo y minutos más tardes me siento dispuesta a comerme el mundo. Al final, como no podía ser de otra manera acabo volviendo loco a quien me conoce o dando a entender que soy como ni por un segundo de mi vida he sido.

No quiero ser distinta, no me entendáis mal por esto. Me siento orgullosa de como soy aunque a veces me arrepienta de no hacer más o me altere conmigo misma por no ser ¿lineal? Lo bueno y lo malo forma parte de mi personalidad, de mi día a día y gracias a eso tengo a las personas que tengo a mi lado a día de hoy. 

Hoy escribo todo esto porque al final algo pasa, cambia y hace click y me doy cuenta de que no soy yo la cobarde que se esconde, que aprovecha la primera de cambio para desaparecer, que inventa excusas para evitar ciertas situaciones o que simplemente miente para salir del paso y saber cual es el mejor camino para no dañarse a sí mismo aunque por el camino se lo haga a los demás.

Esta vez creo que no soy yo la que debe pararse a pensar.


Inevitable

Te echo de menos, no puedo evitarlo, no sabes cuanto lo siento pero lo incapaz que soy de expresarlo. Llega un día especial, 21 años en cuestión de horas y otro año más no estas a mi lado...

Han habido muchos cambios en mi vida últimamente, personas increíbles que hacen que me sienta mejor conmigo misma cada día, que me ayudan y me aportan una felicidad increíble sin pedir nada a cambio, segundo año de universidad acabado con éxito y ni te imaginas como me gustaría que estuvieras para compartirlo también contigo, 8 meses de entrevistas y reportajes que en mi vida hubiese imaginado hacer...tantas y tantas cosas bonitas.

A unas horas de los 21 y de una nueva etapa que vivir...solo espero que te sientas muy, pero que muy orgulloso de mí.

Te quiero.


Momentos

Y son esos momentos los que hacen que te sientas libre y con ganas de comerte el mundo. Saber que en ese lugar vas a poner lo mejor de ti porque en esa ciudad, en ese rincón de siempre, esas personas pondrán todo de su parte para que no olvides ni un solo segundo.

Recordar y no poder evitar sonreir...


Volver a ser pequeños

Conozco mucho mejor la teoría que la forma de ponerla en práctica. Supongo que será por el hecho de haber vivido muchas cosas desde la barrera pero nunca desde el centro de la plaza (olvidad este símil taurino y continuemos...).

Quiero volver a aquel momento en el que la vida era simple, cuando los problemas eran cosas de mayores, cuando no teníamos rencores y nuestra máxima preocupación era si nuestra amiga iba o no al parque ese día, cuando la única herida que teníamos era la que nos habíamos hecho al correr y el corazón lo teníamos intacto, cuando no sabíamos nada y sobretodo no nos importaba no saber.


Cuando

Cuando decides que disfrutar de los pequeños momentos de la vida no es solo una opción.

Cuando decides que por muy mal que vayan las cosas harás todo lo posible para mejorarlas.

Cuando te das cuenta de que nada ni nadie es realmente imprescindibles aunque parte de nuestra vida, que no de nuestros recuerdos,  se irán junto a ellos.

Cuando esperas que lo que mal empieza bien acabe.

Cuando de verdad te propones luchar por lo que te hace feliz.

Cuando todo empieza a cobrar sentido.


Y cuando ya lo olvidaba...

Los dos conocían las reglas del juego, sabían lo que buscaba el uno del otro e incluso lo que buscaban en otros, de hecho, se permitían hablar de esto con total libertad.

Solo había una norma, ambos tenían que ser sinceros con sus sentimientos y parar aquel "juego" cuando no todo estuviese tan claro como en un principio, pero ¿era posible?

Parecía que no existía una amistad más bonita y sincera que la que ellos mantenían; complicidad, cariño, intimidad, confianza, experiencias pasadas, un inmejorable presente y hasta planes de futuro en común, ¿se podía pedir algo más? Pues probablemente no pero de qué servía vivir todo eso juntos y tener tantos planes si al salir de esa habitación tenían que aparentar ser dos completos desconocidos.

Todo cansa y esto no iba a ser menos, esta falsa historia tenía que acabar si de verdad querían ser felices y libres al salir de la burbuja en la que habían convertido sus vidas.

Se echaban de menos, hasta él se mostraba sincero al decir que moría de ganas por volverla a ver, pero ella no quería aceptar que todo volvía a pasar. Saber que una vez más el quería volverle a ver le estaba volviendo loca, no pasó ni un solo día desde la despedida en el que no le hubiese echado de menos, sentía ese cosquilleo en el estomago con tan solo pensar que recibiría de nuevo su mensaje y se negaba a aceptar que esto que empezaba a sentir iba mucho más allá de aquello que acordaron, que esa historia que vivían era imposible de retomar porque ya era demasiado tarde para juegos de adolescentes, esos dos niños que jugaban a quererse no eran tan niños.


El tiempo pasa

Solo hace falta un mes, sí, solo un mes, para que todo cambie, para que la relación con una persona de un giro de ciento ochenta grados. No se por qué ha sido, que he hecho o que hemos hecho pero ha sido así.

Nada es igual, ni nuestras risas, ni nuestras conversaciones, ni tan siquiera nuestras miradas...bueno, realmente, ¿a quién quiero engañar? no pueden ser distintas porque sencillamente ya no existen.

Siempre he sido muy consciente de que las cosas se enfrían con el tiempo, que las cosas pueden desaparecer de forma más fugaz aún que como llegaron a aparecer pero también he tenido siempre la manía de creer en eso de que no todo el mundo es igual y aunque me cueste confiar, siempre acabo confiando en quien no debo.

Diría que me da exactamente igual, que no me importa, que yo estoy mejor así y que, incluso, le veo mejor sin mi, pero sería mentir y por algún motivo esto ya me causa risa. Cada uno sabrá lo que gana y lo que pierde con el "cambio".

Toca volver a ser felices.


Te echo de menos

Creí que nada podría hacerme daño porque todo lo vivido ya me había hecho demasiado o quizás suficiente y antes de tiempo, pero cuando me he sentido con fuerzas ha sido cuando me he dado cuenta de que nada de eso era así.

Me siento mal por no recordarte día a día y escucho lo mismo una y otra vez..."no hace falta recordar cada día para sentir que está contigo, no hay que lamentarse ni fustigarse por no hacerlo", todo pasa y nuestras vidas siguen. Y tienen razón ¿sabes? Al menos eso he querido creer siempre cuando esas palabras han salido de mi boca en alguna que otra ocasión y más veces de las que me gustaría en los últimos meses.

Tanto he intentado hacer el papel de fuerte que hasta parece que por momentos me lo creí. Me he dado cuenta poco a poco, no creas, soy bastante lenta a la hora de asimilar ciertas cosas o situaciones y en esta ocasión me ha costado más de lo que se puede considerar algo normal. Es así, no hay vuelta atrás.

No soy la niña fuerte que todos dicen ver, no puedo con todo y por supuesto no soy invencible...incluso me atrevería a decir que soy la persona mas miedica que puedes conocer y, aunque con bastante paciencia y muy cabezona de vez en cuando, creo que llegó el momento de cerrar este libro en el que me empeño seguir escribiendo (quizás esto poco tiene que ver con la paciencia ¿no? Bah, no se...).

A este libro ya no le quedan hojas, de hecho hace mucho que acabó y por más que quiera ya no puedo seguir tomando notas absurdas por las esquinas intentando alejar el momento de despedirme verdaderamente de ti. Ya no te veo, ya no te tengo. Todos están bien a mi alrededor y yo...siendo completamente sincera, yo tambien lo estoy.


2017

Sinceramente dudo muchísimo que todo cambie por comer doce uvas y felicitar el año nuevo a todos nuestros amigos y familiares y es que lo cierto es que nada me ha hecho pensar lo contrario. Me veo exactamente igual a las 00:00 que a las 00:10 y tengo las mismas ganas de estudiar el 20 de junio que el 1 de enero, pero no es de esto de lo que trata toda esta historia ¿verdad?

Empieza un nuevo año, nos quedan por delante 364 días para realizar todos los propósitos que nos hemos hecho, para seguir intentando hacer posible aquellos que aún no hemos terminado, para luchar por hacer posible todo esos deseos que en su día le pedimos al 2016, los que les pedimos anoche al 2017 y en definitiva para continuar viviendo, sintiendo y soñando.

Mis deseos para este nuevo año son: mucha música, abrazos inesperados, besos robados, mariposas en el estomago, personas que me sorprendan, risas, lagrimas, tranquilidad, salud para los mios y, en definitiva, momentos que marquen de la mejor forma posible este nuevo año. 

Y tú, ¿que le pides a este nuevo año?


© 2016. Todos los derechos reservados
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar